Evangelio del sábado: el mundo necesita nuestra fe
Comentario del sábado de la 18.° semana del tiempo ordinario. “Luego los discípulos se acercaron a solas a Jesús y le dijeron: —¿Por qué nosotros no hemos podido expulsarlo? —Por vuestra poca fe” Muchas veces lo que necesitan las personas que están a nuestro alrededor es que les transmitamos una fe viva que lleva a confiar en Dios.
Evangelio del lunes: una sincera ayuda mutua
Comentario del lunes de la 32.° semana del tiempo ordinario. “Si tu hermano peca, repréndele; y, si se arrepiente, perdónale”. La corrección fraterna es una manifestación de amor y del deseo sincero de ayudarnos unos a otros en nuestro camino a la felicidad.
Evangelio del 20 de diciembre: los predilectos de Dios
Comentario del 20 de diciembre. “Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Cada día saludamos a María con estas palabras. En estos últimos días de Adviento acudamos a ella para que nos ayude a disponer el corazón y los sentidos para recibir a Jesús.
Evangelio del miércoles: el valor del perdón
Comentario del miércoles de la 6.ª semana del tiempo ordinario. “Después le puso otra vez las manos sobre los ojos, y comenzó a ver y quedó curado”. Cuando nos acercamos a la Confesión vemos la realidad con la luz de Dios. Enseñemos las heridas para que Jesús nos cure a fondo.
Evangelio del lunes: la fe de un padre
Comentario del lunes de la 7.ª semana del tiempo ordinario. “¡Creo, Señor; ayuda mi incredulidad!”. La seguridad de la omnipotencia de Dios es compatible con la fe siempre insuficiente del hombre, y por eso se hace oración confiada.
Evangelio del viernes: reconocer la divinidad de Jesús
Comentario al Evangelio del viernes de la 4.ª semana de Cuaresma. “Yo le conozco, porque de Él vengo y Él mismo me ha enviado”. Señor, ayúdanos a creer más en ti, y danos el don de la fortaleza para actuar como hijos del Padre cada día.
Evangelio del martes: en los brazos de nuestro Padre Dios
Comentario del martes de la 13.ª semana del tiempo ordinario. “¿Por qué os asustáis, hombres de poca fe?”. El Señor nos pide una maduración interior: pasar del niño que se queja y se enfada porque parece que su padre no le hace caso, al niño que confía siempre en su Padre.