El diagnóstico fue benigno

Después de cinco horas, le dicen que parece un tumor cerebral en el nervio óptico y que hay que realizar un escaneo... Así comienza este favor atribuido al beato Álvaro del Portillo.

Hace una semana el hijo mayor de mi jefa tenía una revisión de rutina con el oftalmólogo. Dos horas después me envía un mensaje y me dice: “Seguimos con pruebas”. A las 15.00 h., después de cinco horas, le dicen que parece un tumor cerebral en el nervio óptico y que hay que realizar un escaneo y, si es así, al día siguiente una resonancia.

Me envió un WhatsApp y pidió que rezara mucho porque dos años antes le había pasado lo mismo con una de sus gemelas y ya no quería pasar por lo mismo

Me envió un WhatsApp y pidió que rezara mucho porque dos años antes le había pasado lo mismo con una de sus gemelas y ya no quería pasar por lo mismo. Pedí a varias personas oraciones y yo empecé a pedir al beato Álvaro desde ese momento.

Al día siguiente le entregué una estampa del beato Álvaro y le dije: “Entre ingenieros os entenderéis; tiene algo especial con los niños, pídele para que esta tarde la resonancia dé un resultado positivo, yo desde ayer le estoy pidiendo por él”.

Pídele al beato Álvaro del Portillo para que esta tarde la resonancia dé un resultado positivo, yo desde ayer le estoy pidiendo por él

Esa tarde le hicieron la resonancia y, al día siguiente, el resultado. Me llamó para decirme: “Un quiste tratable anualmente, sin motivo de preocuparnos. y ojo vago. Gracias, mil gracias por las oraciones”. Yo dije: “Gracias, don Álvaro, otra vez por ese amor a los niños”.

F. M. (Pamplona)

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