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“El Santo Rosario es arma poderosa”

El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado. (Camino, 558)

Textos diarios

“¡Madre! -Llámala fuerte, fuerte”

¡Madre! -Llámala fuerte, fuerte. -Te escucha, te ve en peligro quizá, y te brinda, tu Madre Santa María, con la gracia de su Hijo, el consuelo de su regazo, la ternura de sus caricias: y te encontrarás reconfortado para la nueva lucha. (Camino, 516)

Textos diarios

“Con María, ¡qué fácil!”

Antes, solo, no podías... –Ahora, has acudido a la Señora, y, con Ella, ¡qué fácil! (Camino, 513)

Textos diarios

“María, maestra de caridad”

A la hora del desprecio de la Cruz, la Virgen está allá, cerca de su Hijo, decidida a correr su misma suerte. –Perdamos el miedo a conducirnos como cristianos responsables, cuando no resulta cómodo en el ambiente donde nos desenvolvemos: Ella nos ayudará. (Surco, 977)

Textos diarios

“María está junto a ti”

No estás solo. -Lleva con alegría la tribulación. -No sientes en tu mano, pobre niño, la mano de tu Madre: es verdad. -Pero... ¿has visto a las madres de la tierra, con los brazos extendidos, seguir a sus pequeños, cuando se aventuran, temblorosos, a dar sin ayuda de nadie los primeros pasos? -No estás solo: María está junto a ti. (Camino, 900)

Textos diarios

“Una Madre que nunca nos abandonará”

No estás solo. –Ni tú ni yo podemos encontrarnos solos. Y menos, si vamos a Jesús por María, pues es una Madre que nunca nos abandonará. (Forja, 249)

Textos diarios

“Ten una devoción intensa a nuestra Madre”

Invoca a la Santísima Virgen; no dejes de pedirle que se muestre siempre Madre tuya: «monstra te esse Matrem!», y que te alcance, con la gracia de su Hijo, claridad de buena doctrina en la inteligencia, y amor y pureza en el corazón, con el fin de que sepas ir a Dios y llevarle muchas almas. (Forja, 986)

Textos diarios

“¡Tú y yo sí que necesitamos purificación!”

«Cor Mariae perdolentis, miserere nobis!» –invoca al Corazón de Santa María, con ánimo y decisión de unirte a su dolor, en reparación por tus pecados y por los de los hombres de todos los tiempos. –Y pídele –para cada alma– que ese dolor suyo aumente en nosotros la aversión al pecado, y que sepamos amar, como expiación, las contrariedades físicas o morales de cada jornada. (Surco, 258)

Textos diarios

“María, reina de la paz”

María, Regina pacis, reina de la paz, porque tuviste fe y creíste que se cumpliría el anuncio del Ángel, ayúdanos a crecer en la fe, a ser firmes en la esperanza, a profundizar en el Amor. Porque eso es lo que quiere hoy de nosotros tu Hijo, al mostrarnos su Sacratísimo Corazón (Es Cristo que pasa, 170).

Textos diarios

“Madre de Dios y Madre nuestra”

¡Qué humildad, la de mi Madre Santa María! –No la veréis entre las palmas de Jerusalén, ni –fuera de las primicias de Caná– a la hora de los grandes milagros. Pero no huye del desprecio del Gólgota: allí está, “ iuxta crucem Jesu” —junto a la cruz de Jesús, su Madre. (Camino, 507)

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