Constantino Ánchel, doctor en Ciencias de la Educación y en Teología, es el responsable del archivo del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer de la Universidad de Navarra, vinculado al Istituto Storico sobre el Fundador del Opus Dei , con sede en Roma.
Desde julio de 1975, el profesor Ánchel trabaja en la investigación de la vida del santo sacerdote. Publicamos una entrevista publicada en el Faro de Vigo.
¿Cuál es la labor que desarrolla el centro de investigación en el que trabaja?
Por una parte, trabajamos en la recogida de documentación sobre san Josemaría Escrivá, tanto civil como académica o eclesiástica. Hay que tener en cuenta que en España hay más de 3.000 personas que han dejado por escritos sus recuerdos del Fundador del Opus Dei, que durante su vida se relacionó con muchísimas personas. Por otra parte, trabajamos también en la edición crítica de sus obras, tanto de las publicadas como de las inéditas. Además, el centro de documentación publica una revista y pretende facilitar los trabajos de investigación sobre san Josemaría.
¿No se ha recogido ya toda la documentación sobre su vida?
En absoluto. Es más, cada año aparecen en España entre 15 y 20 cartas de san Josemaría que no teníamos catalogadas. Las últimas que han aparecido, por ejemplo, son unas que había enviado a un sacerdote vasco amigo suyo. Entre los libros del que fuera obispo de Tuy-Vigo, Fray José López Ortiz aparecieron también varias cartas del Fundador del Opus Dei. Aparte de las cartas, hay testimonios variadísimos sobre su predicación, algunos de más de 60 páginas, como el recogido por un sacerdote en unos ejercicios espirituales que san Josemaría predicó a seminaristas en Valencia en 1940.
Aludía también a la edición crítica de sus obras…
Aparte de los libros que publicó, en el Archivo de la Prelatura se conservan numerosos escritos suyos de diverso tipo, así como documentos de su predicación oral, algunos de ellos accesibles ya al gran público en DVD. A partir de cierto momento, san Josemaría fue consciente del valor histórico de esos documentos, por lo que –salvo sus notas de conciencia hasta el año 30, que las quemó- se conserva una documentación riquísima. En este sentido, el Papa Pablo VI le comentó en una audiencia a D. Álvaro del Portillo –su sucesor al frente de la Obra- que recogiesen todo el material posible, porque era un tesoro para toda la Iglesia.
Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer