Se lo debíamos a Juan Pablo II

Fran y José María son dos jóvenes profesionales, dedicados al mundo de la moda y de la empresa. Amigos desde hace años, tienen muchas cosas en común, pero una muy especial: su cariño a Juan Pablo II. Esa devoción les llevó a promover en Sevilla un monumento en su honor. Un proyecto ilusionante, que duró desde 2005 hasta la inauguración de una estatua en pleno centro de Sevilla, el 14 de agosto de 2012.

José María conoció por primera vez a Juan Pablo II en su visita a Sevilla en 1982. Bailó delante del Santísimo, en el conocido baile de “los seises”, en presencia del Beato. Luego tuvo ocasión de saludarle personalmente. Desde ese momento y a lo largo de los años, su cariño al Papa fue en aumento.

Fran tuvo ocasión de conocer al Papa personalmente, cuando cursaba sus estudios universitarios en Florencia. El Papa fue quien, tras varias conversaciones, le habló del Opus Dei, donde años después encontró su llamada a santificar su matrimonio y su trabajo. En Sevilla tuvo ocasión de volver a encontrarse con Juan Pablo II en uno de sus viajes.

En 2005 ambos se reúnen y piensan: “tenemos que hacer algo en Sevilla por el Papa”. Ahí comienza una carrera larga, que culminaría en 2012, con la inauguración de un monumento, obra del imaginero sevillano Juan Manuel Miñarro. Constituyeron la “Asociación Pro-Monumento Juan Pablo II”, la presentaron a la ciudad e inmediatamente comenzaron a unirse a la iniciativa muchísimas personas, con una común devoción al Papa. El proceso fue arduo: cuestación popular para conseguir dinero, realización de la estatua, determinar la ubicación de la estatua. Años de trabajo y superación de dificultades, para lograr agradecer al Papa su cariño por la ciudad y acercar a muchas personas la devoción al futuro San Juan Pablo II.

José María conoció por primera vez a Juan Pablo II en su visita a Sevilla en 1982.

En todo el proceso hay un hecho muy especial: la presentación en la plaza de San Pedro del busto (boceto de la escultura) al Papa Benedicto XVI, que decidió conservarlo en las estancias vaticanas.

Fran tuvo ocasión de conocer al Papa personalmente, cuando cursaba sus estudios universitarios en Florencia. El Papa fue quien, tras varias conversaciones, le habló del Opus Dei, donde años después encontró su llamada a santificar su matrimonio y su trabajo.

El momento más importante fue, probablemente, el de la inauguración, la víspera de la fiesta de la Virgen de los Reyes, Patrona de Sevilla. Y al día siguiente –15 de agosto- el broche de oro de todo el proceso: el paso de la Virgen desvía su tradicional recorrido, para situarse ante la estatua unos minutos. La ciudad  que se ha echado a la calle para participar en la procesión de la Patrona, se une en un aplauso a Juan Pablo II en su magnífica estatua.