«Estamos ante una encrucijada vital: una sociedad del descarte o del cuidado»

Reseña del libro “Mujeres brújula en un bosque de retos”, en el que Isabel Sánchez aborda algunas cuestiones de gran actualidad como las consecuencias de la Covid-19, el trabajo, feminismo, liderazgo, maternidad, familia, solidaridad, vulnerabilidad, etc.

Ibercampus «Estamos ante una encrucijada vital: una sociedad del descarte o del cuidado»

Isabel Sánchez Serrano (Murcia, 1969) dirige desde 2010 la Asesoría Central del Opus Dei, el organismo compuesto por mujeres que asesoran al prelado en el gobierno del Opus Dei. Esta licenciada en Derecho vive en Roma desde 1992 y trabaja para las más de 50.000 mujeres que forman parte de la institución en 70 países.

Acaba de publicar en la editorial Planeta “Mujeres brújula en un bosque de retos”, un libro que recoge las experiencias de 75 mujeres que trabajan en los cinco continentes liderando proyectos sociales para mejorar su entorno. El libro muestra a 75 “mujeres de carne y hueso” a través de la mirada de Cristina Kafati, fotógrafa con síndrome de Down.

“Cuando la editorial me propuso poner por escrito mis reflexiones sobre cuestiones como la mujer, el trabajo, la familia o la educación pensé en volcar la experiencia de otras mujeres que, aunque desconocidas en su gran mayoría, son, para mí, referentes”, señala Sánchez Serrano en sus declaraciones a varios medios.

Los beneficios del libro irán destinados a becas de Harambee, ONGD para el proyecto Guadalupe, con el objetivo de que investigadoras africanas estudien en el extranjero para ayudar después a su continente.

A lo largo del libro, y a raíz de los testimonios de las protagonistas, Isabel Sánchez aborda algunas cuestiones de gran actualidad como las consecuencias de la Covid-19, el trabajo, feminismo, liderazgo, maternidad, familia, solidaridad, vulnerabilidad.

Plantea un feminismo integrador, en el que “mujeres y hombres trabajan codo con codo para construir un nuevo modelo de sociedad que dé respuesta a las inquietudes que el futuro nos plantea”.
Una sociedad del cuidado

Sobre los retos del trabajo, la autora escribe que “en la vorágine de la cuarta revolución industrial y en el umbral de la quinta, la transformación del trabajo puede llevarnos hacia una encrucijada vital: o conformamos una sociedad del descarte, o una sociedad del cuidado”.

Esta sociedad del cuidado está en manos de hombres y mujeres y “necesitamos hombres y mujeres capaces de sentimientos radicalmente humanos, como la misericordia y la compasión”, señala.
“Esto requiere repensar la organización de los trabajos para que realmente faciliten las relaciones humanas y la conciliación entre familia y trabajo”, dice también. Y afirma que penalizar la maternidad y la paternidad “no es un problema de la mujer, es un problema de todos, y quizá la primera batalla será lograr ese convencimiento”.

La autora plantea propuestas para la convivencia, desde la base de que “somos todos imperfectos en busca de quienes acepten nuestras imperfecciones, así que una de las primeras guías para la existencia feliz será aprender a convivir con nuestras propias limitaciones y con las de los demás”.

Liderazgo e identidad, mujer e Iglesia

En cuanto al liderazgo, afirma que “para marcar un camino debemos tener claro el norte. Si no somos líderes, el norte nos lo marcan otros; si lo somos, el norte es nuestro: fruto de nuestro conocimiento y nuestra libertad, que proponemos a otros mediante el diálogo y el ejemplo”.

En su opinión, los líderes del día a día deben “desarrollar un pensamiento crítico, perder el miedo a recibir dislikes, e ir contra lo políticamente correcto cuando sea necesario para defender los valores o la identidad”.

Al hablar de sus convicciones religiosas, la autora se muestra defensora de una práctica religiosa libre y personal y sostiene que “un cristiano puede ser para el mundo un agente ecológico de la dimensión religiosa, que ayude a purificar las ideas contaminadas sobre Dios y cancele las sospechas que aún siguen pesando sobre Él —el tirano, el aguafiestas de los hombres, el acusador continuo, el ladrón de la felicidad jugosa y vital—”.

En cuanto al papel de la mujer en la Iglesia, defiende “una fina labor de criba, para descubrir encargos que se han ido adhiriendo a las competencias de los sacerdotes, como si les pertenecieran en exclusiva, cuando podría no ser así”.

En su opinión, “el afán de ir sumando encargos y misiones en la Iglesia como meta para las mujeres resulta pobre y reductiva, pues la contribución femenina va mucho más allá de la mera funcionalidad en el ámbito eclesiástico. Lo más importante que la mujer, como mujer, puede hacer en la Iglesia, lo hace en el mundo”.

Por último, en relación al Covid, Isabel Sánchez habla de la condición de “reclusos urbanos”, vulnerables e interdependientes, con la pandemia que “nos ha puesto ante la vida y la muerte, cambiando nuestros parámetros de interpretación. No somos los dueños del mundo y se nos da la oportunidad de cambiar nuestra arrogancia en confianza”.
Liderar en nueve pasos, según Isabel Sánchez

1. Hay que vencer el miedo, porque te paraliza.
2. Somos imperfectos perfectibles. Iluminamos con nuestros defectos y a pesar de ellos.
3. Lo que arrastra no es una vida cool, sino la autenticidad, el compromiso con los propios valores y, más aún, el amor incondicional a las personas.
4. El líder es “conformista”: en muchos aspectos, seremos nosotros los que debamos ser guiados e inspirados.
5. Olvídate de ser el mejor en todo: es un camino de frustraciones y de irrealidad.
6. Ahonda en raíces y creencias para transformar el entorno.
7. El líder deja una marca, da lo mejor de sí mismo.
8. Invierte para que las personas más cercanas alcancen sus objetivos y expandan su potencial.
9. El legado que permanece es lo que hemos conseguido hacer por los demás.