Ayudar sin importar la raza, el origen o la religión

“Aquí se habla de Dios y se facilitan panes bajo el brazo de personas que habían tirado la toalla”. Así reflejaba un periodista lo que veía en la parroquia de San Ramón Nonato en Vallecas. Esta semana se ha presentado la memoria de la parroquia y de la Obra Social Familiar Álvaro del Portillo en favor de los más necesitados.

La parroquia de San Ramón Nonato en Vallecas (Madrid) ha repartido más de 22.000 comidas en casi un año Foto: FJBerguizas

Europa Press La parroquia de San Ramón Nonato en Vallecas (Madrid) reparte más de 22.000 comidas en casi un año

Descarga la memoria de actividades de la parroquia de San Ramón Nonato y la Obra Social Familiar Álvaro del Portillo.


La parroquia de San Ramón Nonato y la Obra Social Familiar Álvaro del Portillo con sede en el Puente de Vallecas, han presentado este viernes 7 de diciembre su memoria de actividades que recoge un total de 22.195 comidas servidas en su comedor parroquial, además de 18.000 táperes y 9.900 bolsas de alimentos entregadas a 300 familias, entre septiembre de 2017 y julio de 2018.

La Obra Social Familiar proporciona alojamiento y formación laboral para mujeres abandonadas, madres embarazadas o refugiados

La Obra Social Familiar está al servicio de la parroquia y ayudó también a 143 personas vulnerables, a los que facilita alojamiento, atención infantil y formación laboral. Se trata, sobre todo, de mujeres abandonadas, madres embarazadas o refugiados.

Exterior de la parroquia de San Ramón Nonato. Foto: FJBerguizas

Personas de 21 nacionalidades en el comedor social

Además, Cáritas Parroquial atendió a 1.850 personas, 520 en su ropero y 130 en su centro de mayores. Según la memoria, los proyectos del área familiar destinados a adultos ha llegado a la atención de 815 personas, que incluye la escuela de padres, el proyecto Ángel para 137 madres jóvenes, el proyecto Raquel para atender a madres con síndrome postaborto y los encuentros para matrimonios, parejas y madres, en los que han participado 380 personas.

Con un presupuesto mensual de 6.500 euros, la Obra Social y Familiar Álvaro del Portillo cuenta con ayudas de Cáritas, Banco de Alimentos y otras entidades colaboradoras, junto a particulares. Los gastos han ascendido en este curso a 132.709 euros.

En cuanto a la infancia, los programas de la Obra Social Familiar Álvaro del Portillo han atendido a 360 niños y jóvenes, que incluyen apoyo escolar, educación de los afectos y actividades al aire libre.

Más de 1.600 personas han sido atendidas en el área de espiritualidad, personalmente o en grupo

Los beneficiarios del comedor social son de 21 nacionalidades, con un 35 por ciento de españoles, seguidos de peruanos y ecuatorianos, con un porcentaje creciente de venezolanos y cubanos. Además, 80 estudiantes han participado en cursos de cocina, geriatría, manipulación de alimentos, informática, español e inglés.

Además, de la memoria se desprende que más de 1.600 personas han sido atendidas en el área de espiritualidad, personalmente o en grupo, como los Encuentros Tabor, acciones Kerigma, los proyectos Semillas y las actividades de Acción Católica.

La parroquia de san Ramón Nonato, ubicada en el distrito de Puente de Vallecas, cuenta con un largo recorrido en atención social y espiritual a los más desfavorecidos del barrio de San Diego, donde viven 47.000 personas. Foto: FJBerguizas

Una iniciativa surgida con motivo de la beatificación de Álvaro del Portillo

La Obra Social Familiar nació en septiembre de 2014, con motivo de la beatificación de Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría Escrivá en el Opus Dei. El beato Álvaro fue colaborador y catequista de San Ramón Nonato, en cuya parroquia se puede venerar una imagen.

El beato Álvaro fue colaborador y catequista de San Ramón Nonato, en cuya parroquia se puede venerar una imagen

El voluntario de la Obra Social Familiar Francisco Muñoz ha explicado que la promovió un equipo de voluntarios “para romper la lógica del descarte, y tratar de ayudar sin importar la raza, el origen o la religión”.

Por su parte, el párroco José Manuel Horcajo ha insistido en el acompañamiento personalizado y confidencial, que “fomenta la responsabilidad y la autoconfianza y genera cambios positivos en el entorno personal, familiar y social”. El párroco destaca la importancia del “voluntariado familiar” y de grupos de estudiantes.