Mujeres del Opus Dei científicas de relieve y pioneras en el mundo universitario

Alfonso Carrascosa, científico del CSIC, escribe en ReL sobre Piedad de la Cierva, Guadalupe Ortiz de Landázuri y Lourdes Díaz-Trechuelo, tres mujeres del Opus Dei.

ReL Algunas mujeres del Opus Dei, pioneras en la historia femenina de la universidad española

Se cumplen 90 años de la fundación del Opus Dei y resulta interesante caer en la cuenta de algunas mujeres de esta realidad eclesial que llegaron a ser científicas de relieve y pioneras en el mundo universitario español. Hablaremos de algunas del mundo de la óptica, la química, la historia, el derecho y el periodismo.

Piedad de la Cierva: tres años escondida en la embajada de Noruega

Piedad de la Cierva Viudes (1913-2007) fue indiscutiblemente una de esas pioneras y un ejemplo de conciliación entre ciencia y fe para las actuales generaciones. En 1952, con 39 años, entró a formar parte del Opus Dei.

Nació en el seno de una familia católica y recibió la fe desde pequeña. Estudiando en la Universidad de Murcia era la única mujer, y también la única en su clase cuando pasó a la Universidad de Valencia.

La autarquía franquista, una época que algunos –católicos incluídos- consideran enemiga de la ciencia, de la fe y de la mujer, fue la época en la que se desenvolvió Piedad, con absoluta libertad, con estudios universitarios y de doctorado igual que sus hermanos varones, con director de tesis católico, Julio Palacios, con mentor católico y científico, Jose Maria Otero Navascués, a quien conoció en Madrid cuando estaban refugiados en la embajada de Noruega durante la guerra civil, para evitar ser asesinados en la persecución religiosa. Ella tenía 23 años al empezar la Guerra Civil y lo recordó después así: “Del 36 al 39 estuvimos en una embajada, mis padres y yo. Allí conocí a un marino, que se llamaba Otero Navascués, que también estaba refugiado… en cada piso vivíamos 80 o 90 personas, todos durmiendo en el suelo”.

Piedad jugó un papel fundamental en el estudio de los rayos X y en la comercialización del vidrio óptico. Comenzó su actividad científica en el Instituto Nacional de Física y Química de la JAE, ubicado en el conocido como Edificio Rockefeller, así denominado en honor de la fundación norteamericana que sufragara los gastos de su construcción tras acuerdo con el Gobierno de Primo de Rivera. Hizo la tesis con Julio Palacios, y fue pensionada en el extranjero por beca de la Academia de las Ciencias de la Fundación del Marqués de Cartagena para trabajar en temas de radioactividad en el Niels Böehr, Instituto de Física teórica de Copenhague, junto al profesor George von Hevesy, futuro Premio Nobel.

Tras finalizar la Guerra Civil la reclamó Otero Navascués para el nuevo instituto de óptica del CSIC, al que se incorporó, aprovechándose así toda su excelente formación y dando continuidad a su trabajo científico. También fue Auxiliar de cátedra de la asignatura Estructura atómico-molecular y Espectroscopia. Trabajó a las órdenes directas de Otero Navascués en el Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Armada (LTIEMA), del que Otero sería director.

La aplicación de sus investigaciones sobre la construcción de prismáticos le valió a Piedad el Primer Premio de la Academia de Ciencias para trabajos de investigación en 1946, primera vez que lo ganaba una mujer.

Sus estudios sobre la fabricación de vidrio óptico, algo que aprendió en National Bureau of Standards en Washington, en la Facultad de Ingeniería de Vidrio de la Universidad de Toledo (Ohio) y en otras fábricas de vidrio óptico, como la Libby Owens,especializada en la fabricación del vidrio irrompible, o en la Bausch and Lomb Optical y la Kodak en Rochester (Nueva York), fue premiado con el 1º Premio de Investigación técnica “Juan de la Cierva” del CSIC en 1955. Sus últimas investigaciones versaron sobre la fabricación de ladrillos refractarios aislantes para hornos a partir de las cascarillas del arroz.

Guadalupe Ortiz de Landázuri, una química hacia los altares

Otra avanzada femenina en la universidad español fue Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), que estudió Ciencias Químicas de 1933 a 1940 en la Universidad Central. Antes de la Guerra Civil asistió a las prácticas de Química que se desarrollaban en el Laboratorio Foster, de la Residencia de Señoritas de la ILE, además de participar también en alguno de sus cursillos de Análisis Químico.

El 8 de septiembre 1936 murió fusilado su padre en la Cárcel Modelo de Madrid. Guadalupe, que tenía entonces 20 años, le acompañó con gran entereza las horas previas a la ejecución.

En 1944, con 28 años, conoció a San Josemaría, fundador del Opus Dei, y se incorporó al mismo. El 20 de octubre de 2005 se presentó en dependencias del CSIC el documental "Guadalupe Ortiz de Landázuri". La biografía de Mercedes Eguíbar pone de manifiesto que esta química del Opus Dei hizo su tesis doctoral en el CSIC, estudiando el ahorro energético y el uso de materiales reciclables.

Estudió cómo alcanzar una sostenibilidad ambiental de manera científica. Su biógrafa no dudó en decir en ese acto: “La vida de Guadalupe transcurrió en una permanente relación con Dios. Gracias a esto supo transformar las dificultades, el dolor, en alegría aunque fuera, a veces, una alegría que tenía raíces en forma de cruz. En verdad su vida fue sal y luz”.

De 1962 a 1964 fue profesora de Química en el Instituto Ramiro de Maeztu. Fue Premio Juan de la Cierva del CSIC en 1965. También dio clases de Ciencias en la Escuela Femenina de Maestría industrial, donde obtuvo la plaza de Catedrático numerario en 1967. Se gastó y se desgastó por la promoción de la mujer en México, sin renunciar a la confesionalidad de su labor, como hiciera san Pedro Poveda. Tiene abierta Causa de Canonización y bastante avanzada: en junio de 2018 el Papa Francisco firmó el reconocimiento de un milagro que se atribuye a su intercesión. Sus restos han sido trasladados al Oratorio de Caballero de Gracia en Madrid recientemente.

Lourdes Díaz-Trechuelo: una historiadora experta en Hispanidad

También del Opus Dei fue la historiadora especializada en América y Filipinas Lourdes Díaz-Trechuelo. Escribe Leonor Ferrero de la Universidad de Navarra, en su biografía, que nació en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el 11-02-1921. Fue licenciada en Historia por la Universidad de Sevilla (1942) y doctora en Historia por la Universidad de Madrid (1955).

Recibió múltiples premios: Premio Extraordinario y de Luis Vives del Consejo Superior de Investigaciones Científicas por su obra “Arquitectura española en Filipinas, 1565-1800” (1959). Premio del Banco de España (1962). Premio de Colegiado distinguido del Distrito Universitario de Servilla (1962). Lazo de Dama (Encomienda) de la Orden de Alfonso X el Sabio (1963). Premio de Investigación Andalucía y América de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía; Medalla de Honor de Filipinas. Fue Profesora Agregada de Historia de América en la Universidad de Granada (1070-1975). Catedrática de Historia de América en la universidad de Córdoba (1975-1987) y Profesora Emerita de dicha Universidad (1987-2008). Desempeñó diversos cargos académicos en dichas universidades y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Fue miembro de las Reales Academias de Historia (Madrid), Sevillana de Buenas Letras (Sevilla), de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla), Hispanoamericana (Cádiz), de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes (Córdoba). Prestigiosa investigadora, una de las mayores especialistas mundiales en la Historia de América y Filipinas. Sus múltiples publicaciones la convirtieron en un referente mundial sobre dicha disciplina. Al fallecimiento de su hermano heredó los derechos del Marquesado de Spínola. Murió en Sevilla el 16 de marzo de 2008.

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Alfonso Carrascosa

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