Hacerse don para la persona a la que amamos

La última edición del Foro Sacerdotal de Antequera, bajo el título “El acompañamiento de los jóvenes en el camino del amor”, recibió a sacerdotes de diferentes diócesis de Andalucía, como Málaga, Guadix, Granada o Almería.

Durante los días 11 y 12 de febrero se ha desarrollado una nueva edición del Foro Sacerdotal de Antequera. Se trata de una breve convivencia en la que participan sacerdotes de diferentes diócesis de Andalucía, como Málaga, Guadix, Granada o Almería para compartir experiencias sobre su labor pastoral, desarrollada en su mayor parte en parroquias rurales y núcleos de población pequeños. El título de esta 16ª edición ha sido “El acompañamiento de los jóvenes en el camino del amor”.

En el coloquio de la tarde del día 11, se puso de manifiesto que en el itinerario que siguen muchos jóvenes que desean formar una familia se experimenta el inicio de una aventura maravillosa que tiene mucho de inolvidable, pero también algo de accidentado. Se planteó un diálogo sobre las preguntas que hizo el Papa Francisco a un buen grupo de parejas de novios en San Pedro el 14 de febrero de 2016: “Hoy en día muchas personas tienen miedo de tomar decisiones definitivas, para toda la vida, porque parece imposible... y esta mentalidad lleva a muchos que se preparan para el matrimonio a decir: Estamos juntos hasta que nos dure el amor.... Pero, ¿qué entendemos por amor? ¿Sólo un sentimiento, una condición psicofísica?”.

Hacerse don para la persona a la que amamos

En la jornada del día 12 por la mañana, la ponencia principal del Foro “Una emergencia pastoral: la educación para el amor” fue impartida por don Joan Costa, sacerdote de la diócesis de Barcelona y rector de la parroquia Nuestra Señora de Belén.

Puso de manifiesto que, para lograr que los jóvenes se propongan un compromiso alegre y fiel que haga posible el matrimonio, se requiere antes una correcta comprensión del amor humano y las exigencias que de él se derivan.

La dignidad humana pide que uno sea amado por sí mismo, que no sea rebajado como medio para disfrute de otro. ¿Cómo podemos manifestar el amor sincero al otro? ¿Cómo puede evitarse el “amor a prueba” presente en tantas relaciones actuales? Reconociendo que la otra persona es tan digna de nuestra mirada que la única forma de expresarlo es ofreciéndole nuestra propia persona. Es, en definitiva, hacerse don para la persona a la que amamos.

Subrayó que hay que ponerse al nivel de los jóvenes; “muchos llegan a nuestras parroquias desestructurados y hay que ayudarles desde el principio: en primer lugar, a distinguir el bien verdadero y formar su voluntad para alcanzarlo”. Ahí propuso la ética aristotélica de la virtud, trascendida por las virtudes teologales. Lanzó un alentador mensaje de esperanza.

Formar jóvenes que ayuden a otros jóvenes

Durante el intercambio de experiencias se valoró positivamente el ejemplo de jóvenes que ayudan a otros jóvenes, así como la importancia de un acompañamiento espiritual.

En la sociedad actual es necesario muchas veces emprender un camino de descubrimiento del amor verdadero, a través de un plano inclinado, para que los jóvenes vayan adquiriendo las virtudes humanas y sobrenaturales necesarias para responder que sí a ese compromiso.