ABC La libertad de amar (Descarga en PDF)
Resulta difícil resumir la vida y el carácter de Cristina Abad en unas líneas. Porque esta periodista sevillana, que ha fallecido a los 48 años como consecuencia de un cáncer fulminante que dio la cara apenas un mes antes, se caracterizaba, sobre todo, por su variedad de intereses, aficiones y amigos.
A Cris le interesaban todo y todos. En la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra se formó su instinto periodístico, su interés por la actualidad y su afán por llegar a la verdad de los temas.
Cristina trabajó durante muchos años en la comunicación del Opus Dei en Sevilla. Desde allí, colaboró en multitud de iniciativas educativas y sociales. Era una mujer imaginativa y con recursos. Una de las iniciativas con las que más disfrutó fue la organización de un concierto solidario para conseguir fondos para Harambee, ONG que trabaja en África. Recuerdo su entusiasmo mientras me contaba las ideas que había tenido para llenar el aforo y comprobé ese entusiasmo cuando vi las fotos del concierto, con ella bailando en primera fila… y es que a Cris siempre le fue la fiesta.
A veces, cuando la llamaba para contrastar algún tema, la encontraba «paseando por la plaza de España». Reconozco que, al principio, me desconcertaba su vena «hippie» y bohemia, hasta que entendí que era una forma de trabajar diferente pero igual de eficaz. Además, pronto comprobé que Cris se volvía germánica a la hora de afrontar un cierre. Recorriendo sus mensajes he visto la cantidad de veces que me preguntaba –¿para cuándo lo necesitas?– y sus «perfecto», daba igual que lo necesitara para unos meses que para unas horas. Era una periodista de raza y sabía que las cosas, o están en el momento, o da igual que estén, porque no sirven.
En los últimos años colaboramos en dos proyectos con los que disfrutamos mucho. Uno de ellos fue «Conversaciones con», un foro de periodismo que tiene el objetivo de celebrar la profesión. Como a Cris le encantaba celebrar y le encantaba el periodismo siempre apoyó esta iniciativa.
En el 2019 Cris fue una pieza insustituible en la organización de la beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri, una química, numeraria del Opus Dei como ella. Cristina escribió una biografía de la nueva beata («La libertad de amar») y viajó a numerosas ciudades para presentar el libro. Guadalupe era una desconocida… que muchos conocieron gracias a la pluma de Cristina.
Cris compartía con Guadalupe no solo la vocación espiritual sino su amor a la profesión, su talante abierto y su capacidad para hacer amigos. Por eso, su muerte ha «tocado» a muchos. Nos duele su ausencia pero, sobre todo, nos estimula su ejemplo.
Ana Sánchez de la Nieta, editora de Conversaciones con