Catequesis del Papa sobre la Iglesia

Benedicto XVI ha iniciado en la audiencia general de los miércoles una nueva catequesis que estará dedicada al tema del misterio de la relación entre Cristo y la Iglesia, a partir de la experiencia de los apóstoles y de la tarea que se les confió.

"La Iglesia -explicó el Papa- ha sido constituida sobre el fundamento de los apóstoles, como comunidad de fe, de esperanza y caridad (...) y comenzó a construirse cuando algunos pescadores de Galilea encontraron a Jesús y se dejaron conquistar (...) por su invitación (...) Seguidme y os haré pescadores de hombres".

"Después de María, reflejo puro de la luz de Cristo, son los apóstoles, con su palabra y su testimonio quienes nos entregan la verdad de Cristo. Sin embargo, su misión no es una misión aislada, sino que se coloca dentro de un misterio de comunión, que abarca a todo el Pueblo de Dios y se realiza por etapas, desde la Antigua Alianza a la Nueva".

El Santo Padre subrayó que el mensaje de Jesús se interpreta erróneamente si se separa del "contexto de la fe y de la esperanza del pueblo elegido", porque "Jesús se dirige ante todo a Israel para llamarlo a sí, en el tiempo escatológico que llega con El" y su predicación, como la de San Juan Bautista, "es al mismo tiempo llamada de gracia y signo de contradicción y de juicio para todo el Pueblo de Dios".

Por eso, aunque la predicación de Jesús es "siempre un llamamiento a la conversión personal", sería "unilateral y carente de fundamento la interpretación individualista del anuncio que Cristo hace del Reino", ya que en la perspectiva de la tradición bíblica y a pesar de su novedad, "resulta claro que toda la misión del Hijo hecho carne tiene una finalidad comunitaria".

"Los apóstoles son el signo más evidente de la voluntad de Jesús respecto a la existencia y a la misión de su Iglesia y la garantía de que entre Cristo y ella no hay contraposición".

La elección de los doce apóstoles, un número que recuerda el de las tribus de Israel, "revela el significado de la acción profética y simbólica implícito en la nueva institución". Introduciendo a los apóstoles en "una comunión de vida y haciéndoles partícipes de su misión de anuncio del Reino, (...) Jesús quiere decir que ha llegado el tiempo definitivo en que se cumplen las promesas de Dios".

"Los apóstoles son el signo más evidente de la voluntad de Jesús respecto a la existencia y a la misión de su Iglesia y la garantía de que entre Cristo y ella no hay contraposición. Por eso, no se puede conciliar con la intención de Cristo, la frase difundida durante algún tiempo "Jesús sí, la Iglesia no".

"Entre el Hijo de Dios hecho hombre y su Iglesia -concluyó Benedicto XVI- hay una continuidad misteriosa e inseparable por la que Cristo está presente hoy en su pueblo y de modo particular en aquellos que son los sucesores de los apóstoles".