La iglesia se ha construido sobre un solar de 3.000 m2, y su original estructura y torre inclinada de 31 metros pueden verse con facilidad desde la carretera que rodea Barbastro en dirección al Pirineo. Se encuentra en un barrio de rápido crecimiento, con un censo de 2.300 familias.

El nuevo templo tiene una capacidad en su nave principal de mil personas, y cuenta con una capilla con 200 plazas y una guardería insonorizada para 50 niños, visible desde la nave. El arquitecto, Heliodoro Dols, explicó que el cobre utilizado en la torre y la cubierta "significa la divinidad", mientras que "toda la cubierta de la iglesia se dirige y confluye en el sagrario, y la torre se inclina hacia Dios-hombre presente en el sagrario".

La planta de la iglesia tiene forma de abanico, cuyo eje se sitúa en el altar. En la construcción se han empleado dos tipos de ladrillos: "El oscuro, que hace presente a la Humanidad y sus pecados; y el blanco, que nos recuerda a la divinidad". La cubierta del templo recuerda la forma de una paloma, "representación del Espíritu Santo", coronada por la torre inclinada, "que simboliza el dedo de Dios".

La iglesia cuenta además con un salón de actos en semisótano para 400 personas, vivienda para el párroco y salones parroquiales. El arquitecto calificó la iglesia, hecha de hormigón y ladrillo visto, de "amplia, digna, funcional y moderna". Los vecinos resaltaron la comodidad del edificio, que no tiene escaleras ni columnas en su espacio principal.

El retablo, obra del escultor e imaginero vasco Agustín de la Herrán, posee una superficie de 16 m2 y representa al beato Josemaría junto a la Virgen del Pilar, y los santuarios del Pilar y Torreciudad en un segundo plano. El artista ha realizado también un Cristo en madera de gran tamaño, de 183 cm, inspirado en la Sábana Santa de Turín. En los dos altares se han colocado reliquias de San Ramón, Patrono de Barbastro, del beato Florentino Asensio, obispo mártir de Barbastro, y del beato Josemaría.