Miravalles: cincuenta años de iniciativas

Con motivo del 50 Aniversario que cumple el Centro Universitario Miravalles en el 2010, el diplomático y periodista José Joaquín Chaverri publicó un artículo de opinión en el periódico “La Nación” sobre esta iniciativa impulsada por el Opus Dei.

Junto a los campos deportivos de la Universidad de Costa Rica está el Centro Universitario Miravalles. Cumple 50 años. Se dice fácil. Es un punto de unión entre universitarios, gente que ama la universidad y personas que saben cuán importantes son los universitarios para Costa Rica. Fue hecho realidad por la Asociación Arte y Cultura. Es una iniciativa cultural de servicio público de un grupo de ciudadanos. Ha costado mucho esfuerzo.

Para unos ha sido su lugar de alojamiento durante algunos años universitarios. Para todos ha sido fundamentalmente un lugar donde se estudia con exigencia y orden. Pero es también un punto de apoyo para proyectos solidarios realizados por universitarios en beneficio de los que menos tienen. Muchos han podido realizar sus estudios también con el aporte de una beca durante una parte de su paso por la universidad.

Conocí Miravalles en uno de esos proyectos, en las zonas deprimidas socialmente de Cartago. En ese tiempo, era coordinado por un universitario, hoy doctor en pedagogía, residente en Honduras, Alberto Banchs. Luego el ingeniero Juan Francisco Montealegre, hace muchos años, me mostró el futuro del proyecto en la cultura del país.

Punto de encuentro. La universidad tiene muchas perspectivas. No solo es una relación aula, alumno, profesor. Es servicio, estudio, investigación. Y algo más importante, es punto de convivencia entre personas que piensan diametralmente de otra manera. Y eso ha sido, uno de los tantos aportes del Centro Universitario Miravalles. En sus tertulias universitarias, en estos cincuenta años, he escuchado las más variadas posiciones, siempre en un debate con pluralismo y respeto. Así he escuchado largamente conversar con jóvenes, a los presidentes Carazo, Monge, Arias, Calderón, José María Figueres, Trejos, don Pepe y centenares de profesores universitarios, hombres de la empresa privada.

Jorge Rossi fue el alma de muchas de ellas. Siempre aprendimos de él cuán importante era mantener la constante de la historia de Costa Rica, con la justicia social. También ha sido sede de muchos seminarios y actividades académicas y musicales muestra de la variedad de sus esfuerzos. Han pasado por allí miles de profesionales tanto como residentes, asistentes a cursos, así como expositores de nuestro país, y visitantes de diferentes partes del mundo. Siempre con el sentido de familia, de libertad, convivencia y pluralismo, que desarrolló en todas sus obras, san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. Él animó al sacerdote José Luis Masot para que viniera a Costa Rica en 1959, invitado por el arzobispo Ruben Odio Herrera, para iniciar la labor del Opus Dei en Costa Rica y hacer realidad esta iniciativa, con muchos profesores, estudiantes, empresarios.

Apoyar a Talamanca. Tal vez lo más importante de todo proyecto cultural, es lo que está siempre presente y de lo que no se habla tanto: luz, limpieza, una zona verde bien cuidada, esfuerzo por mantener unos pisos relucientes, con elegancia, para que duren mucho. Este mes, como parte de las iniciativas de solidaridad quedará concluida la quinta aula del Colegio de Katsi en Talamanca, que desde Miravalles han puesto en marcha, con empresas y el esfuerzo de numerosos estudiantes universitarios, dispuestos a dar algo más por Costa Rica.

El apoyo a las universidades continuará pues es un paso en la formación de los ciudadanos del mañana.

"La Nación", 16/08/2010