Jardinero del alma nacional

Desde su fallecimiento a principios de año, muchas personas que le conocieron han escrito artículos que destacan aspectos de la vida de Don Jorge Rossi, supernumerario del Opus Dei, que enriquecieron la vida nacional. Uno de estos artículos que reproducimos parcialmente se refiere a la labor de formación de la juventud.

28 de marzo del 2006

Cuando ya la mayoría de los de su edad estaban descansando frente al televisor después de la cena, su larga y elegante figura, la mayoría de las veces con traje azul, llegaba acompañando una vez por semana a algún invitado a la tertulia con jóvenes universitarios. Una vez lo acompañaba un agricultor; otras, un escritor o el rector de una universidad, un expresidente, músicos, hombres de ciencias, periodistas, hombres de Estado, ministros, exministros, científicos, empresarios, estudiosos de las transformaciones sociales. Otras veces nada más se sentaba a escuchar las ideas de otros, haciendo siempre presente una acotación, la mayoría de las veces relacionadas con la historia de Costa Rica y la justicia social, que resumía, adelantaba con ideas, o simplemente hacia descansar a otros con su buen humor.

Educar participando. Su cátedra era la tertulia. Lo acompañaban siempre su elegancia sobria, palabra justa, puntualidad, respeto al pluralismo, disentir conversando y construyendo. Su preocupación fundamental era siempre cuidar del país en el amplio sentido de los valores morales, institucionales e históricos.

Destruía la cizaña descubriendo talentos jóvenes que podrían servir y querer a Costa Rica como él la sabía amar.

Era el alma de la tertulia cultural, haciendo que otros hablaran, cada semana en el Centro Universitario Miravalles, y en muchos otros sitios del país. Igual que en la década de 1940, en el Centro de Estudios Nacionales o cuando dirigía el Diario de Costa Rica, don Jorge Rossi tenía el espíritu abierto a los ideales de los jóvenes, sabiendo unir generaciones, construyendo puentes o abriendo horizontes, estudiando y leyendo siempre.

Jorge Rossi fomentaba hombres fuertes para mantener en alto los valores costarricenses

¿Cómo solucionar el problema de aquel estudiante que no tenía medios financieros, pero que tenía capacidad para estudiar? ¿De qué manera se podía hacer para encontrar la comba al palo y resolver mil y un problemas de aquel otro universitario, que a lo mejor no se había enterado de que don Jorge ya estaba pensando en unir esfuerzos con otros para solucionarle el futuro de su vida académica?

Justicia social. La tertulia seguía su marcha y poco antes de las 10 de la noche hacía un resumen siempre positivo del encuentro y de lo que podría servir a Costa Rica esa noche de diálogo. Unir profesores, empresarios, trabajadores, amigos, estudiantes, servidores públicos, era parte de su diaria preocupación, junto con el reiterar siempre a todos la importancia del estudio de la Historia de Costa Rica y documentos de doctrina social. El otro motor era cómo hacer que Costa Rica no perdiera su ruta dentro del marco de la justicia social por medio de la vivienda, la tierra y las ideas.

Su ejemplo en esta materia lo concretó con el esfuerzo en su antigua, finca El Sauce en Santa Teresa de Turrialba, hoy repartida entre diferentes agricultores del lugar, quienes llegaron al funeral para darle el último adiós al hombre que, junto al río Reventazón, también alentó el hecho de que la esperanza es posible, en medio de las vacas, los cultivos y las lluvias del Caribe.

Al final de cada conversación con los agricultores, salía una inteligente y simpática anécdota, todas con una concreta referencia siempre a Costa Rica.

Su espíritu universitario se agrandó al conocer, hace más de 30 años, a san Josemaría Escrivá, que le motivó a abrirse a todos, querer a todos y estar siempre atento a los otros, a pesar de los tragos amargos de la vida.

Esa es parte de la amplia vida del universitario don Jorge Rossi Chavarría en su encuentro con los jóvenes de Costa Rica. Se trataba de hacer crecer árboles fuertes que supieran enfrentar vendavales y protegieran nuestro jardín (...).

Don Jorge, conocido político, empresario, hombre de gran sensibilidad social, fue durante años presidente del Patronato de Amigos del Centro Universitario Miravalles.

José Joaquín Chaverri // La Nación, Costa Rica