El Papa recuerda su viaje a Turquía

Benedicto XVI recuerda en una de sus últimas catequesis el viaje a Turquía, un país en que "es necesario redescubrir la realidad de Dios y la importancia pública de la fe religiosa, y garantizar que la expresión de esa fe sea libre, sin degeneraciones fundamentalistas y capaz de repudiar por tanto cualquier forma de violencia"

El pasado 6 de diciembre la catequesis de Benedicto XVI estuvo dedicada al viaje apostólico que realizó a Turquía del 28 de noviembre al 1 de diciembre.  

"También los viajes del Papa contribuyen a realizar su misión que se realiza en "círculos concéntricos", dijo Benedicto XVI y explicó que en el círculo más interno "el Sucesor de Pedro confirma a los fieles católicos en la fe, en el intermedio encuentra a los demás cristianos y en el más exterior se dirige a los no cristianos y a la entera humanidad".

A este último círculo correspondió la primera jornada del Papa en Turquía, donde encontró a las autoridades civiles. Esos encuentros fueron "una parte muy importante de la visita sobre todo porque Turquía es un país de amplia mayoría musulmana que se regula en cambio por una constitución que afirma la laicidad del estado. Es, por lo tanto, un país emblemático del gran reto planteado hoy en ámbito mundial: por una parte es necesario redescubrir la realidad de Dios y la importancia pública de la fe religiosa y por otra garantizar que la expresión de esa fe sea libre, sin degeneraciones fundamentalistas y capaz de repudiar por tanto cualquier forma de violencia".

Benedicto XVI en su llegada a la Mezquita Azul

El Papa recordó que había insistido sobre la importancia de que "cristianos y musulmanes se comprometieran (...) en favor de la vida, la paz y la justicia, reafirmando que la distinción entre la esfera civil y la religiosa constituye un valor y que el Estado debe garantizar (...) la efectiva libertad de culto". Asimismo " en el ámbito del diálogo interreligioso" se refirió "al gesto inicialmente no previsto y que se reveló muy significativo: la visita a la Mezquita Azul de Estambul", donde " permaneciendo algunos minutos en recogimiento en ese lugar de oración me dirigí -dijo- al único Señor del cielo y de la tierra".

En la segunda jornada, Efeso, Benedicto XVI se encontró "en el círculo más interno del viaje, en contacto directo con la comunidad católica", donde " en un clima de paz rezamos por la paz en Tierra Santa y en todo el mundo".

El círculo intermedio, el de las relaciones ecuménicas, ocupó la parte central del viaje. El Papa "tras las huellas de Pablo VI y Juan Pablo II" renovó con Su Santidad Bartolomé I (...) "el compromiso recíproco de proseguir el camino hacia el restablecimiento de la comunión plena entre católicos y ortodoxos" y firmó con el patriarca ecuménico "una declaración conjunta que constituye una etapa ulterior en este camino", además de visitar al patriarca de la Iglesia Armenia Apostólica, al metropolita Sirio-Ortodoxo y al gran rabino de Turquía.

Benedicto XVI con Bartolome I

La visita del Papa concluyó con el regreso "al círculo más interno (...) encontrando a la comunidad católica presente en cada uno de sus componentes en la catedral latina del Espíritu Santo en Estambul", celebrando una misa a la que asistieron también, cristianos de otros ritos, ortodoxos y protestantes. "Confortados por la palabra de Cristo -recordó Benedicto XVI- (...) vivimos la experiencia renovada de Pentecostés".

El Santo Padre concluyó el relato de su viaje pidiendo a Dios que ayudase "al pueblo turco, a sus gobernantes y a los representantes de las diversas religiones a construir juntos un futuro de paz para que Turquía pueda ser un "puente" de amistad y de colaboración fraternal entre Occidente y Oriente".