Formamos parte de un gran equipo, la Iglesia

Juan José Velasco Fernández (Madrid, 1979), ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en la Politécnica de Madrid (1997-2003), asegura a ECCLESIA que “nunca me planteé ser sacerdote, ni lo rechazada ni lo anhelaba, simplemente no estaba en el horizonte”.

Juan José Velasco Fernández (Madrid, 1979).

Ecclesia Formamos parte de un gran equipo, la Iglesia

Juan José es uno de los 31 nuevos sacerdotes del Opus Dei ordenados en Roma el pasado 5 de mayo. El 9 de junio celebrará su primera misa solemne en Tajamar, como antiguo alumno que es, acompañado por sus padres y sus dos hermanos, junto a toda la familia y muchos amigos.

¿Y qué pasó entonces para llegar a este gozoso día?

Después de ver clara mi vocación al Opus Dei, fui descubriendo diversos modos de servir a la Iglesia, a cada persona, y aquí empiezas a pensar, “¿por qué no?, es otro modo de ayudar, es algo muy bueno, necesario para la vida de la Iglesia… Nunca lo piensas como algo personal, aspiración o algo parecido. Lo rezas, preguntas, ves muchos ejemplos en la Iglesia, lo vas madurando…

¿Cómo será su trabajo a partir de ahora?

Soy muy aficionado al baloncesto. He jugado en varios equipos y entrenado algunos. Me encanta relacionarme con muchas personas, en especial en este entorno. Ojalá que en la labor sacerdotal pueda hacer como un buen entrenador de baloncesto, mostrar el camino de la canasta, dar herramientas para que cada uno mejore, ayude al equipo, crezca él y el conjunto. Ahora, sin dar gritos desde la banda, pero con la gran ayuda de Dios, que es el primer interesado en ayudarnos a ser felices, a descubrirnos nuestra verdadera identidad. Y saber que formamos parte de un gran equipo, la Iglesia, da seguridad, sabes que tienes el respaldo de cada cristiano. Y a la vez tenemos que ser protagonistas de este partido.

¿Cómo debe ser un sacerdote?

El sacerdote no es una persona especial, o no podría entender a las personas. Precisamente porque lucha y tiene dificultades, puede comprender y acompañar. Quien realmente tiene las respuestas y es el Camino es Jesucristo, nosotros buscamos, como cualquier otro, mirarle, dejarnos llevar por Él y tomar de la mano a otros para que vengan con nosotros.

¿Cómo animar las vocaciones sacerdotales?

Desde luego hacen falta sacerdotes, pero sobre todo es necesario que todos en la Iglesia tomemos conciencia de que vale la pena querer estar con Cristo. Vivir nuestra fe, amar las personas, ser felices ahora y después en plenitud, depende de esto. Así no habrá carencia de vocaciones, seguro.

M. Garrido

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