El auditorio del Aquarium de San Sebastián fue el escenario elegido por la Asociación Oriaberri como sede de la II Muestra Solidaria de Actuaciones, en beneficio de Mary´s Meals. En concreto, los donativos recogidos este año servirán para escolarizar y dar de comer a más de 30 niños de Malawi durante un año. El encuentro contó con actuaciones musicales, teatrales y deportivas llenas de magia, llevadas a cabo por más de 50 jóvenes de distintas entidades de la ciudad: la Comparsa de Altza, la Asociación juvenil Gure-Enea y el club de gimnasia rítmica Izar leku.

Daniel Morcillo, portavoz de Mary’s Meals en Guipúzcoa, comentaba al acabar la Muestra: “Es muy emocionante ver que estos niños estén ayudando a otros de su edad. Cuando a los adultos nos proponen colaborar con alguna asociación benéfica, normalmente somos más recelosos. Pero los niños enseguida se lanzan, asumen la iniciativa como propia y la llevan a cabo con mucha ilusión. Y eso es una verdadera lección para los que somos padres y educadores”.

“He participado porque me gusta bailar y quiero ayudar a los de Mary´s Meal”. De esta forma tan sencilla explicaba Irantzu -una de las participantes más jóvenes- el motivo que le llevó a colaborar. Y, como siempre, los pequeños acaban tirando de los mayores: “Ver a nuestra hija pequeña ayudando en una causa benéfica ha sido para nosotros un aliciente. Estamos conmovidos”, comentaban Beñat y Maider.

Alimentos para escuelas de países pobres en todo el mundo

La fundación Mary’s Meals se encarga de proporcionar alimentos a escuelas de países pobres en todo el mundo, donde el hambre mantiene a los niños alejados de las aulas: India, Kenia, Malawi, Tailandia, Sudán del Sur, Uganda, Zambia... “Estas comidas ayudan a familias que sufren para poder alimentar a sus hijos y, a la vez, suponen una ayuda para la economía global del país. Utilizando los alimentos como gancho, los niños reciben las dos cosas; la comida, por un lado, la educación por otro”, explicó Morcillo en la presentación del teatro.

En la actualidad, hay más de 61 millones de niños en todo el mundo que son víctimas del hambre. Para sobrevivir tienen que trabajar o pedir en la calle. Los que consiguen ir al colegio, tienen grandes dificultades para el aprendizaje, debido a su falta de alimentación. El trabajo de esta fundación, en 15 estados de cuatro continentes, es un impulso más para contribuir al desarrollo de países del tercer mundo.

Después del éxito de esta II Edición, sólo queda despedirse hasta el año que viene. Sin duda, volverá con más magia.